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Cómo alimentarnos según el Tipo de Trabajo

La alimentación es uno de los factores que con mayor seguridad e importancia condicionan el desarrollo físico, la salud, el rendimiento y la productividad de las personas…


La alimentación es uno de los factores que con mayor seguridad e importancia condicionan el desarrollo físico, la salud, el rendimiento y la productividad de las personas.

 

La alimentación influye en el rendimiento físico e intelectual

 

Según la organización internacional del trabajo (OIT) la mala alimentación en el ámbito administrativo podría disminuir hasta el 20% de la productividad y, en lo que a trabajo físico de refiere, puede llegar a disminuir hasta un 30% respecto al desarrollo normal.

 

Una alimentación monótona, repetitiva o en la que faltan alimentos indispensables para nuestro cuerpo puede dar lugar a la aparición de determinados síntomas tanto físicos; cansancio excesivo, falta de reflejos…, como psíquicos; falta de interés por las cosas, irritabilidad…; situaciones que mejoran mediante una alimentación adecuada.

 

 

Factores alimentarios que influyen en el trabajo y en el rendimiento:

 

• Dietas hipocalóricas o bajas en calorías, reducen la capacidad de rendimiento y perjudican la salud.

 

• Dietas desequilibradas en las que faltan alimentos básicos; a medio o largo plazo dan lugar a carencias nutritivas con efectos indeseables para el organismo.

 

•Dietas hipercalóricas, conducen a sobrepeso y obesidad, lo que supone un sobre esfuerzo físico para la persona, que agrava o aumenta el riesgo de lesiones en el aparato locomotor (músculos, articulaciones, etc.) y el de desarrollar otros trastornos más o menos serios de la salud (alteraciones de los niveles de azúcar y grasas en sangre, hipertensión, etc.)

 

• El número de comidas que se realiza en un día. Saltarse comidas o realizar sólo dos comidas “de fundamento” al día influye de forma negativa en el funcionamiento de nuestro organismo.

 

• Reparto de la cantidad de alimentos por cada comida. Las comidas frugales o por el contrario muy copiosas, pueden producir bajadas de azúcar en sangre (hipoglucemias) o somnolencia y molestias digestivas respectivamente, perjudicando el rendimiento tanto físico como intelectual.

 

• La higiene de los alimentos. Si no se cuida este aspecto, aumenta el riesgo de que se produzcan intoxicaciones de origen alimentario tales como la salmonela.

 

 

Alimentación y educación

 

El término “nutrición” hace referencia al aprovechamiento de nutrientes contenidos en los alimentos. Los nutrientes pueden dividirse en macronutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas) y micronutrientes (vitaminas y minerales). Cada uno cumple funciones específicas en nuestro organismo. La carencia, insuficiencia o exceso de alguno de ellos conduce a un desequilibrio en el estado nutricional. Por su parte el “rendimiento laboral”, se refiere al nivel de productividad de los individuos en su trabajo. Es un indicador de eficiencia que relaciona resultados de las tareas laborales y tiempo empleado para obtenerlos.

 

El estado nutricional y el rendimiento laboral forman un dúo inseparable. Por lo general, pasamos entre ocho y nueve horas diarias, los cinco días hábiles de la semana en el trabajo. Esto se traduce a un tercio del día o la mitad de nuestras horas de vigilia diarias, por lo que es un buen lugar para realizar intervenciones. La educación alimentaria podría consistir en asesoramiento a quienes lo necesiten, instalación de carteleras en el comedor con mensajes, consejos para una vida sana, promoción del consumo de frutas y verduras,  promoción de actividad física y recreación, entre otros. La actividad física se complementa con la alimentación sana para lograr y mantener una vida saludable.

 

Un trabajo de oficina requiere de 1,8 Kcal/min. Y un trabajo de alto gasto energético, como la construcción, requiere entre 5 y 10 Kcal/min. En base a los resultados de chequeos pre ocupacionales, podría pensarse la variedad de menús. Por ejemplo ofrecer: menú general, menú diabético e hipocalórico y menú hiposódico.

 

Otro punto importante es “lo que se come” en las reuniones de trabajo. En lugar de restringirnos a las facturas o sándwich de miga, podríamos ofrecer platos con frutas cortadas y bien presentadas con palillos para poder servirse como snack. Hay empresas que ya han implementado el sistema de autoservicio de frutas como refrigerio en las oficinas. Y por último, las máquinas expendedoras no son un tema menor. Requieren de toma de medidas para ver que ofrecen en ellas.

 

A modo de sugerencia, es importante que los colaboradores tengan  un control médico periódico, en el que se chequee los alimentos que éste consume y los ejercicios físicos que realiza, adaptando una dieta acorde al lugar que ocupa dentro de la organización.

 

En conclusión, la mala alimentación nos afecta a todos. Ofrecer menús saludables y adecuados, junto con educación alimentaria podrían conducirnos a la mejora de la salud y a un aumento de la productividad, y desde CMLaboral estamos para ayudarlos.